“Por qué buscan entre los muertos al que está vivo” Lucas 24:5

Bienvenidos al Blog Oficial de la Cofradía de Jesús Resucitado de Rute. Esta página ha sido creada para ser un punto de encuentro de todos los devotos de nuestra imagen. Desde aquí intentaremos recoger todo lo relacionado con nuestro Titular y su Cofradía, así como las distintas actividades que se realicen en torno a ella. Con la ayuda de todos podremos dar a conocer la grandeza de nuestro sagrado Titular, siendo éste un blog abierto a todo tipo de propuestas y sugerencias.

NAZARENOS

Los nazarenos de nuestra Cofradía visten la siguiente ropa:

ADULTOS: Túnica blanca, capa azul, capuz (capirucho) azul, escudo en el capuz, guantes blancos, cíngulo de color azul.

NIÑOS Y NIÑAS: Túnica blanca (igual que la del adulto), media capa azul, escudo en la media capa, guantes blancos y cíngulo de color azul.



La Cofradía dispone de túnicas para aquellas personas que desee acompañar a nuestro Titular vestida de nazareno, puede comunicarlo a través del correo electrónico blogresucitadoderute@hotmail.com ó ponerse en contacto con algún miembro de la Junta de Gobierno. Todo aquel que quiera tener su propia ropa de nazareno debe comunicarlo a la Junta para que ésta le facilite la tela así como un patrón.


Historia de la túnica


Del Libro de Reglas del Silencio


Hasta el siglo X la única pena canónica que existía era la práctica de la penitencia pública, el grandísimo arraigo de estas costumbres, el particular concepto de cristiano y la propia realización de la penitencia en la Edad Media, establecen una práctica piadosa en vestir de saco a los moribundos para poder morir como penitentes.
Al surgir las asociaciones y grupos de carácter penitencial, adoptan como señal de su arrepentimiento el tipo de vestidura tradicionalmente tenida como los penitentes.



La vestidura penitencial de estos principios fue adaptada a su primitiva intención: la flagelación, esta se componía de una túnica, no talar sino algo corta de basto lienzo crudo, con abertura a la espalda o al pecho con el fin de que al desabrocharse se pudiera dejar caer sobre el cinto al tiempo de flagelarse.

La túnica se ceñía a la cintura con una soga de esparto que previamente se pasaba por el cuello y se anudaba en el pecho, todos estos penitentes, salvo raras excepciones, iban descalzos y comúnmente se cubrían la cabeza con capirote romo de la misma tela de la túnica, fue a partir del siglo XVI cuando solían llevar capirote alto.
El pasar de los siglos, conlleva el lógico cambio de criterios, actitudes, costumbres sociales, influyeron, también en las procesiones penitenciales, que se llevan a cabo con gran luctuosidad, a su vez acentuada por el quejido de las trompetas destempladas, todo esto conduce a la creación de una nueva vestidura penitencial, que con la huella de los siglos, traducida en diversas variantes y cambios ha llegado hasta hoy.

En el estilo de la túnica apreciamos la evidente influencia de la loba o sotana, propia de nobles y clérigos en la Edad Media, que luego en color negro se usaba como prenda de luto, y desde el año 1502, la sotana de paño negro, cerrada y con larga cola, fue prenda de uso obligado en realeza, la mayor o menor longitud de la cola eran señal de mayor o menor sentimiento y dolor.
Por fin se adoptó como vestidura penitencial la sotana con aberturas laterales por donde sacar las manos, y de larga cola, siendo el complemento de esta el capuchón que cubre la cabeza, surgiendo así, junto con el cíngulo de esparto, la vestidura penitencial de los actuales penitentes.
Sobre este esquema cada hermandad, según su propia tradición, estableció la vestidura en particular para sus hermanos, en cuanto a las telas y los colores se consideraba la tela más apropiada el lienzo en sus diversas clases (lino, cáñamo, estopa), pero siempre crudo, aunque también se uso el anjeo, llamado así por ser originario de Angers (Francia), pasados muchos años se comienza a introducir el ruan; con este nombre se designaban distintos tejidos que lo único que tenían en común era su procedencia: Rouen (Francia), aunque el usado para las túnicas y capirotes era un lienzo de algodón de roeun, pero bruñido, lo cual iba en contra de las normas dictadas en el Sínodo de 1604 por el Arzobispo de Sevilla, Cardenal Niño de Guevara. En cuanto al color, en un principio, con rarísima excepción, solo se usaron tres colores; el blanco de lienzo crudo en su color natural, el morado en sus diversos matices, y el negro, siendo este último el de mayor aceptación.
El capirote en un principio era un sencillo gorro de tela que cubría la cabeza y el rostro, para más tarde crecer en altura armado por su similitud con la corona de los penitenciados por la inquisición.

Los penitentes de la cofradía de Santa Cruz en Jerusalén se cubrían el rostro con una peluca larga de crenchas de cáñamo bien cardado, afianzada con una corona de espinas, llevando por mayor penitencia una cruz al hombro, por esto los penitentes de Santa Cruz de Jerusalén eran llamados nazarenos, denominación que posteriormente se extendería a los del resto de las cofradías.

Los actuales cinturones de esparto vienen de las antiguas sogas al cuello y cinto, siendo muy utilizados durante los siglos XVIII y principios del siglo XIX, los cintos de una cuarta de anchos y de terciopelo o cualquier otra tela y conveniente color, como los utilizados por algunas cofradías de Jerez, y que en otras ciudades han desaparecidos ya totalmente.
La utilización de los escapularios se debía más a la semejanza con los hábitos de alguna orden religiosa.

  

La aparición del Capirote


El sevillano Alonso de Hojeda O.P. convenció a la reina Isabel, durante su estancia en Sevilla entre 1477 y 1478, de la existencia de prácticas judaizantes entre los conversos andaluces. Un informe, remitido a solicitud de los soberanos por Pedro González de Mendozaarzobispo de Sevilla, y por el dominico segoviano Tomás de Torquemada, corroboró este aserto. Para descubrir y acabar con los falsos conversos, los Reyes Católicos decidieron que se introdujera la Inquisición en Castilla, y pidieron al Papa su consentimiento. El 1 de noviembre de 1478 el Papa Sixto IV promulgó la bula –“Exigit sinceras devotionis affectus”-, por la que quedaba constituida la Inquisición para la Corona de Castilla, y según la cual el nombramiento de los inquisidores era competencia exclusiva de los monarcas. Sin embargo, los primeros inquisidores, Miguel de Morillo y Juan de San Martín, no fueron nombrados hasta dos años después, el 27 de septiembre de 1480, en Medina del Campo.


En un principio, la actividad de la Inquisición se limitó a las diócesis de Sevilla y Córdoba, donde Alonso de Hojeda había detectado el foco de conversos judaizantes. El primer auto de fe se celebró en Sevilla el 6 de febrero de 1481: fueron quemadas vivas seis personas. El sermón lo pronunció el mismo Alonso de Hojeda de cuyos desvelos había nacido la Inquisición Española.



No podemos atribuirle directamente al Dominico Sevillano la aparición del capirote pero sí la  consecuente aparición del mismo en los “penitenciados” condenados por la Inquisición con en el habito “sambenito” (ver sus varias vertientes enhttp://www.gabrielbernat.es/espana/inquisicion/ie/proc/penas/penas.html#penasambenito) ya que cien años después,en 1586 se incorpora como armazón del antifaz el actual capirote.  
Según Carrero Rodríguez, la Hiniesta fue, según se refiere en esta regla añadida en 1586, la primera cofradía sevillana en utilizar el capirote alto tal y como lo conocemos hoy.
Alejandro Guichot indica que aquel mismo año la Hermandad de los Nazarenos del Silencio, también adoptó el capirote alto como lo usaba la Hiniesta.

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